Desafío ganadero Saltillo vs Araúz de Robles. Las Ventas 2019. Sánchez Vara, J. Castaño y Sergio Serrano.
En Madrid se plantó Sergio Serrano dispuesto a poner en jaque al sistema en una demostración sublime de poderío y vergüenza torera. Qué difícil es ser héroe verdadero en el siglo XXI si no es al respirar tras el arrastre de un toro de Saltillo. Pues no se limitó solo a estoquear con honradez, si no que metido entre los pitones, mandó y dominó las duras embestidas de un toro tan áspero y duro como una piedra pómez.
Reinaba el caos con Palminto-23, un Saltillo de inteligencia superior que de la mansedumbre geniuda sembró el pánico en los primeros tercios. Fiero, salvaje, inquebratable, frío, áspero. Tirando cuchilladas al pecho y sin dejar de mirar tobillos y hombreras antes de pasar por los engaños.
Qué papeleta Sergio. Qué papeleta resuelta a base de coraje y corazón. Pues hacía tiempo que no se veía sometimiento, poder, dominio y hasta toreo caro en Madrid. Sin engaños ni trampas. Metido entre los pitones de la alimaña cárdena, Serrano consiguió dominar por el pitón derecho y hasta ligar una tanda de tantísimos quilates que valdría como las mil trampas de los consentidos del sistema.
Para acabar, un macheteo sublime con la izquierda que hizo temblar Madrid. Oigan, esto también es el toreo y esto también emociona. Aquí también hay mucha verdad. Un macheteo a la antigua que hizo a la fiera cárdena claudicar ante tanto oficio y poderío.
Vuelta al ruedo para la honradez del albaceteño. Y esto para mí, es triunfar a lo grande.
Los toros de Saltillo siempre ofrecen la posibilidad de ser héroe en el siglo XXI. La época del plástico y de la mentira. La época de la trampa. Los 3 de ayer derrocharon mansedumbre, y a excepción del soso primero, no regalaron ni un suspiro. De eso se trata.
Araúz de Robles es una joya genética echada en falta. Y volvió ayer a Madrid con un toro manso encastado que empujó a arreones fieros al caballo, puso en problemas a los banderilleros y embistió humillando y repitiendo en la muleta.
Tablas en el desafío, sin victoria para nadie, y con ganas de volver a ver la singularidad de Araúz en próximas citas.
Sánchez Vara volvió a demostrar su oficio y su honradez. Puso los toros de largo en el caballo y estuvo en director de lidia. Firme, valiente y sincero con su lote.
Y Javier Castaño, que esta vez pasó sin pena ni gloria. Destacó su cuadrilla una vez más.
SERGIO SERRANO SE HA GANADO MUCHOS CONTRATOS. ESTAREMOS PARA EXIGIRLOS. GRACIAS TORERAZO.
Fuente: Tauromaquia Torista