“Es fácil decir ahora que la paciencia es un gran arma, pero qué duro se hace hasta que llegan tardes como las del domingo”
Sergio Serrano se sincera tras su gran actuación en Madrid: ‘Fue muy bonito escuchar en la grada que tenía que volver. Volveremos. No sé cuándo… pero volveremos’.
Ha sido una de las grandes noticias de septiembre. El pasado domingo en Madrid, un torero joven pero la solera de tener ya diez años de alternativa dejaba escenificado en Madrid el valor, la serenidad, el poso y todas las virtudes que ha venido predicando cada vez que le han dado rienda suelta en una plaza de toros. Sergio Serrano ya dejó claro en Albacete que venía dando fuerte, reiterando su compromiso con su carrera en Las Ventas.
Supongo que tú y tu entorno esperabais que tarde o temprano esto iba a pasar.
Venía con la cabeza fría de que tenía que pasar algo, pero tantas veces va uno a los sitios y luego no tiene la repercusión que uno espera… pero bueno, lo haces por amor al toro, por sentirte bien tú. Y aprendes que tienes que estar tranquilo cuando te quitas el vestido de torear y que el que paga su entrada se vaya contento.
Hacía tan sólo una semana que tenías la cita de Albacete. Era la primera del año.
Sí, no me vestía de torero desde hacía un año, con la de Miura en Albacete. Era una tarde muy importante en el sentido de que venía anunciado con un hierro que a priori podría darme mucho pero la pena fue la espada, si no hubiese sido todo de otra manera.
Ese fue el gran aperitivo, con la corrida de Torrestrella y con una de las corridas de más calado de toda la Feria.
Salí muy contento. Salí disfrutando de lo que hice y me dejó un toro expresarme. El mayor reconocimiento y satisfacción que tiene uno mismo es ese: las caras de felicidad que vi en el tendido.
¿Cómo viviste de principio a fin una tarde tan importante para este momento de tu vida como fue la de Madrid?
Una tarde de mucha responsabilidad. Yo sabía que estos dos cartuchos eran fundamentales y quería aprovecharlos. Sí que es verdad que uno sabe cuándo lo anuncian, pero la siguiente no la sabes. Fue un lote duro, pero estás en la primera plaza del mundo y cuando uno se entrega, la afición lo ve. Estuvieron muy cariñosos conmigo, al final supieron ver cómo venía a Madrid y eso también es muy bonito. Ayer se conjugaron cosas muy bonitas, vi Madrid crujir y estoy inmensamente feliz.
¿Qué registros destacarías de cada uno de los toros?
Hubo momentos de entendimiento a pesar de la dureza, y desde el quite me dejó focalizar la atención en lo que podía pasar en el primero. El otro toro me exigió mucho, pero estuve firme, aunque se me pueden poner mil defectos. La actitud fue la clave para que aquello se tradujese en situarme en el mapa. Ese segundo toro fue muy difícil, con una lidia muy complicada, un animal muy agarrado al piso. Lo pasaporté de forma digna y Madrid lo supo valorar.
Escuchamos en tus palabras el denominador común de la paciencia: Ese arma fundamental que te ha dado la fuerza para seguir en el entreno diario. Una paciencia que no te quita el sueño para saber cuándo será el próximo paseíllo, sino para estar preparado para cuando llegue.
Sí, creo que al final es la clave. Hay una frase que dice que saber esperar es importante, pero aprovechar el momento lo es aún más. Es fácil decirlo ahora, pero cuando se vive, se vive de forma muy delicada. Porque tu forma de vivir la vida no se traduce en tardes. Y la situación es de esperar y no sabes si podrá o no podrá ser. Es el momento de echarle paciencia, y cuando salga el toro intentar estar tranquilo. Creo que lo que tuve que hacer lo hice ayer. Fue muy bonito escuchar en la grada que tenía que volver. Volveremos. No sé cuándo… pero volveremos.
Fuente: cultoro.es